lunes, 2 de marzo de 2015

Yo y Garamendi


                     Yo y Garamendi :

 Este trabajo consiste en hacer un diálogo entre Garamendi y yo. Si quereis leer la historia principal y enterderla, aquí os dejo la página donde está:
 http://rgressel.weebly.com/uploads/4/9/8/3/4983205/4_yo_y_el_ladrn_lectura.pdf
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Despues de todo lo ocurrido, no se como le voy a contar al señor Garamendi todo lo sucedido y si no estoy equivocado llegaba o hoy o mañana. Ni siquiera he cumplido su encomienda.
-Ya falta poco para que llegue. ¿Qué le voy a decir? A y por cierto ¿Qué hora es?
-La hora en la que terminan mis vacaciones y empieza otra vez esta rutina aburrida de vida.
-¡Señor Garamendi! No pensé que llegaría tan pronto, bueno...yo tengo que ...decirle
algo muy importante.
-¿De qué se trata?
-Es algo díficil de explicar pero le juro que no fue culpa mía. Como puede ver en la casa, no está todo lo que tiene que estar..
-No querrá decir que...Pero es que acaso es usted corto de mente ¿O qué?
-Señor Garamendi déjeme explicarle. Hace unos días intrigado, llamé a la casa, por si usted había  llegado. Entoncés me respondió un joven desde el teléfono de su alcoba y yo hice todo lo posible pero no pude hacer nada.
-Hacer el qué, que no me robasen mis perteniencias, pues déjeme decirle que ya es un poco tarde.
-Señor en mi defensa he decir que que aquel joven, era muy encantador.
-Déjese de tonterías, ¡Pero que es esto!, pero si me han robado la escupidera de plata y las alhajitas de mi mujer y no lo puedo creer tambien ha desaparecido la capa de renald y las pieles de zorro. ¡Esto es inaudito!
-Señor dicen que si arrugas mucho la frente cuando te enfadas envejeces antes y sí es verdad, porque esas arrugas que tiene usted no se las quita ni dios.
-Pare de hacer bromas pesadas, es más ahora mismo os quiero a tí y a tu amigo el ladrón detrás de las rejas.
-No, en serio,¿Qué le ha pasado en la cara? Parece que en vez de dos semanas se ha ido veinte años. Esta usted embejeciendo muy deprisa ehh.
-¡Ya basta! Ya que soy en dueño y el morador de esta casa le exijo que no vuelva a pisar los suelos de esta casa en su vida.
-Como usted quiera solo espero que tenga remordimientos de haber echado a la calle a un pobre hombre y a su único amigo, yo.

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